La historia que voy a contar tiene su inicio entorno a 1.997, hace ni más ni menos que 18 años. Entonces estaba realizando fotografías por el Valle de Alcudia y Sierra Madrona, con el objetivo de poder publicar un libro sobre este magnífico espacio natural. Iba de allí para acá, buscando imágenes para la publicación. Un día, de aquellos que me acompañaba Rafael Palomo, divisamos desde la carretera que cruza el valle un gran revuelo de buitres a cierta distancia de nosotros. Decidimos acercarnos a ver que sucedía, y así encontramos un muladar donde echaban los animales muertos de la explotación ganadera de una finca. Decidimos hablar con el propietario para construir un aguardo y así poder fotografiar a los buitres. Hablamos con este señor y nos concedió el permiso, sin poner peros al asunto. Una suerte de aquel tiempo que hoy no podríamos disfrutar. A partir de entonces nos dispusimos a realizar el escondite, que al principio era bastante modesto. Tanteamos varios lugares hasta que dimos con el sitio que nos gustaba, justo debajo de una encina y el muladar quedaba a la derecha.
Los comienzos no parecían muy prometedores, y más teniendo en cuenta que los buitres iban directamente al muladar, según habían estado haciendo durante mucho tiempo, y nosotros queríamos que fuesen a otro lugar más fotogénico. Costó algún tiempo, pero a base de constancia logramos llevarlos al escenario, y pudimos sacar las primeras fotografías de buitre que se habían hecho en el Valle de Alcudia. Cada vez que nos proponíamos sacar fotos, teníamos que incorporar material al aguardo, ya que estaba realizado con vegetación del entorno y con el paso de los días se deterioraba bastante.
A uno de esos días corresponde la imagen que vemos, cuando nos disponíamos a incorporar nuevo material nos encontramos con más de un centenar de buitres, que aguardaban para participar en un nuevo banquete.
Los comienzos no parecían muy prometedores, y más teniendo en cuenta que los buitres iban directamente al muladar, según habían estado haciendo durante mucho tiempo, y nosotros queríamos que fuesen a otro lugar más fotogénico. Costó algún tiempo, pero a base de constancia logramos llevarlos al escenario, y pudimos sacar las primeras fotografías de buitre que se habían hecho en el Valle de Alcudia. Cada vez que nos proponíamos sacar fotos, teníamos que incorporar material al aguardo, ya que estaba realizado con vegetación del entorno y con el paso de los días se deterioraba bastante.
A uno de esos días corresponde la imagen que vemos, cuando nos disponíamos a incorporar nuevo material nos encontramos con más de un centenar de buitres, que aguardaban para participar en un nuevo banquete.
Nikon F4
Objetivo Nikon 500 f/4
Película de diapositiva Fujichrome Velvia