martes, 18 de marzo de 2014

El Chorro de la Ventilla


El Chorro de la Ventilla 
Después de campear varios meses por la Raña de Cabañeros, la sierra del Chorito y la laguna de los Cuatro Morros, decidí cambiar de paisaje y buscar en el bosque atlántico. Pregunté a José Jiménez y a Juan Antonio Fernández y rápidamente me invitaron a acercarme al Chorro de la Ventilla. Nos montamos en el Land Rover, que por cierto, parecía sacado de la “Segunda Guerra Mundial”, era un artefacto rígido como una lápida. Cuando comenzamos a subir por aquel cortafuegos en desuso, pequeño pero con mucha pendiente, parecía que no sería capaz de realizar todo el recorrido. Recuerdo que Juan Antonio metió todo lo que se le podía al cacharro. Cumplió todas las expectativas como un campeón y se encaramó en lo más alto. ¡Una maravilla! el pequeño valle estaba cortejado por acebos y abedules, era un auténtico paraíso. Parecía que salía una bocanada de frescor del ardiente monte mediterráneo. Bajamos hasta el mismo arroyo para comprobar la perspectiva interior del lugar y nos encontramos, justo debajo del Chorro, con alguna planta insectívora como la hierva del rocio ,Drosera rotundifolia, y Pinguicula spp., musgo de turbera , Sphagnum spp. Y varias especies de helechos. El recorrido aguas abajo por el interior del bosque de abedules fue una auténtica gozada, encontramos fósiles de trilobites y alguna cruciana, testimonio de una auténtica huella del pasado.



Nikon F3

Objetivo Zoom Nikkor 35-70 mm f/3,5
Película de diapositiva Fujichrome Velvia